Se avecina el final de la evaluación escolar del curso y la pregunta más repetida entre los adultos es "¿Qué tal las notas?".
Si analizamos esta pregunta aparentemente inofensiva, es algo que a muchos estudiantes les aterroriza o nos ha aterrorizado, ya que, el resultado está asociado de manera inconsciente a calificar el nivel de inteligencia, validez estudiantil o profesional, comparativa con otras personas de nuestro entorno (familiares o sociales) y dependiendo el resultado, nuestra autoestima varía para clasificarnos en tres categorías "El grupo de los empollones, los inteligentes o grupo de garantía social (programas específicos destinados a los alumnos que no alcancen los objetivos)".
De verdad, ¿esto es lo único que importa, un número? Realmente, ¿no es importante qué ha aprendido? ¿Qué capacidades han adquirido nuevas nuestros hijos, las que han tenido que retomar después de un confinamiento o a qué retos se han tenido que enfrentar con los profesores, compañeros?. ¿En el caso de que no saquen las notas que ellos quieren crees que no se frustran como los adultos por no conseguir nuestros retos o metas? .
Como nos cuestiona Víctor Villalobos, docente de Enric Corbera Institute, ¿Aplicas los consejos que das a tus hijos?.
Recuerdo una anécdota que viví en mi infancia con ocho años, la Señorita Charo en una tutoría con mi madre, le dijo textualmente " la niña tiene un problema de dislexia y que era complicado solventar". La profesora Sentó en Cátedra una creencia limitante en mi inconsciente, que he cargado durante mi carrera académica y ha sido un verdadero lastre. Afortunadamente, esta creencia pasó de limitante a potenciadora gracias a la inteligencia emocional.
Os propongo que a partir de ahora, utilicemos las siguientes preguntas: ¿Qué has aprendido esta evaluación, este día, este curso....? ¿Con qué te quedas de todo lo aprendido? y os podéis ayudar en la dinámica del "Árbol de los Logros".
Es una técnica de autoestima para todos los miembros de la vida, permite analizar la imagen que tenemos de nosotros mismos y centrarnos en la parte positiva. De igual forma, revela el estado de ánimo del pintor.
Realizar una lista de todas las virtudes que se poseen, ya sean éstas cualidades personales (bondad, paciencia), sociales (empatía), intelectuales (buena memoria).
Crear otra lista en la que añadiremos los logros que hemos conseguido. Da igual si son muy significativos o más insignificantes, lo importante es que tienen que ser logros de los que estemos orgullosos.
Raíces: se deben ir colocando todos los valores positivos que hemos escrito anteriormente.
Frutos: aquí colocaremos los logros de la segunda lista.
Esta dinámica sirve en cualquier etapa de nuestra vida desde la infancia, pasando por la adolescencia hasta llegar a la edad adulta, puesto que nos hace tomar conciencia de cómo somos y aprender a quererse y valorarse.
Para los más pequeños de la casa, Talento Premium Junior os trae un divertido juego para esas tardes de diversión.
¿Conoces tus logros y te sientes orgulloso de ellos?